En la vida personal como en los negocios nos planteamos metas que soñamos alcanzar. No es suficiente con su descripción sino plasmarlas en un documento como el Plan de negocio para hacerles seguimiento y compartirlas con el equipo de trabajo, a manera de hoja de ruta.
En la mayoría de los casos el emprendedor ansioso de alcanzar sus metas no delega por temor a que otros no hagan las cosas bien de acuerdo a su entender y parecer, por lo tanto se hecha el negocio al hombro y comienza a luchar sólo y a tener dificultades en el desarrollo del negocio. Es decir pretende adelantar una gestión con absoluta carencia de liderazgo.
Esto además por no tener en cuenta un concepto al que he denominado como la ley del menor esfuerzo y que consiste en compartir responsabilidades y asignar tareas, lo que a su vez hace que el esfuerzo también sea compartido.
Si tienes un negocio o estas planeando emprender un negocio, no creo que estés de acuerdo en llevar la carga administrativa y operativa sólo, probablemente estés pensando en la racionalidad para ahorrar gastos en mano de obra y contar con un número adecuado de empleados que puedan trabajar en el negocio, pero esta es una cosa muy diferente a la delegación.
Ahora, para poder delegar tienes que poner a prueba tu liderazgo personal, tener la confianza necesaria en tus empleados y sobre todo desarrollar la autoconfianza que te permita salir del circulo auto empleado.
Cada cual deberá cumplir sus metas, quien se dedica a la gestión operativa no podrá cumplir las metas de quien se dedica a la gestión comercial. Aquí lo ideal es hacer las cosas o las funciones con un enfoque empresarial.
Por lo tanto deberás convertirte en un administrador de tu negocio, esto es ejercer las funciones planear, organizar, ejecutar y actuar. Para esto deberás igualmente asignar funciones, establecer normas y procedimientos para llevar a cabo el proceso administrativo eficazmente.
Como no es suficiente con las habilidades administrativas para cumplir las metas que te has propuesto para tu negocio, te recomiendo tener en cuenta las diez habilidades que te relaciono a continuación, y te invito a revisar o evaluar cada una de ellas para que vayas adoptando las que aún no tengas desarrolladas:
- Calidad del negocio y posicionamiento
- Planeación y adaptación
- Desarrollo del personal
- Trabajo en equipo
- Administración de la información
- Establecimiento de metas y objetivos
- Fijar prioridades
- Negociar y manejar conflictos
- Motivación
- Retroalimentación
Ya que has revisado cada una de estas habilidades no sobra incluirlas en tu plan de negocio, para que las compartas y las pongas en práctica con tus empleados. Estas podrías convertirlas en tu hoja de ruta que facilite la administración del negocio, pero con un objetivo muy claro centrado en el cumplimiento de metas de producción y de ventas.
Cuéntame si esta información te puede ser útil para aplicar a tu negocio y que dificultades administrativas has tenido y que te pueda apoyar.
Gracias por visitar este sitio, deja tus comentarios y los leeremos.
Ricardo Torres Gómez