En la vida del negocio se presentan conflictos o dilemas que no podemos resolver con enfoques convencionales.
En nuestra vida personal y profesional nos enfrentamos con problemas como justificar el empleo de la mano dura como medio para lograr buenos resultados. Para muchos “los negocios son los negocios” y en ocasiones la “ética” y los “principios” deben ceder paso a las ganancias.
Hay más problemas a los que nos enfrentamos diariamente comenzando por nuestras relaciones familiares, profesionales y en los negocios como el autoengaño, subestimación de la capacidad de las personas, falta de sentido común, la improvisación, baja autoestima, poca confiablidad, poca confianza, demagogia y poca objetividad. Todos estos problemas se originan por malos hábitos.
A lo que el autor Stephen R. Covey en su libro El Liderazgo Centrado en Principios afirma lo siguiente:
Algunos hábitos de ineficiencia hunden sus raíces en nuestro condicionamiento social de pensamiento inmediatista y a corto plazo. Muchos de nosotros empezamos por retrasarnos en la escuela y después estudiamos todo en el último momento y pasamos los exámenes. Pero, ¿funciona acaso este método en una granja? ¿Podemos pasarnos dos semanas sin ordeñar a la vaca y luego correr al establo para ordeñarla frenéticamente?
¿Podemos olvidarnos de sembrar en primavera, holgazanear durante todo un verano y después trabajar muy duro en otoño para recoger la cosecha?
Todos estos interrogantes obedecen problemas que los enfoques comunes y corrientes no pueden resolver. Para lo cual es preciso recurrir a una solución basada en principios naturales. Esos principios son las leyes del universo que conciernen a las relaciones y organizaciones humanas.
Hay cuatro dimensiones alrededor de los principios que bien podemos desarrollar como centros alternativos de vida y como centros alternativos de organización.
Fundamentar nuestras vidas en principios correctos es la clave para desarrollar este rico poder interior y lograr, con él convertir en realidad muchos de nuestros sueños.
Veamos cuales son esas cuatro dimensiones desde el punto de vista de organización por tratarse de temas de negocios al que nos estamos refiriendo:
- Seguridad
- Guía
- Poder
- Sabiduría
Entre cada una estas cuatro dimensiones encontramos las siguientes bases alternativas o también denominados centros organizacionales: Ganancias, proveedor, empleado, el propietario, el cliente, la competencia, la política, el programa, la tecnología y la imagen. En las cuales debemos concentrarnos para lograr la eficacia, así tenemos entonces las cuatro dimensiones con sus respectivos centros organizacionales:
Seguridad: Ganancias, Proveedor y Empleado
Guía: El Propietario y el Cliente
Poder: La Competencia, la Política y el Programa
Sabiduría: La tecnología y la imagen
Nos cuesta trabajo aceptar el cambio, no tenemos autoconfianza y la suficiente confianza en el negocio, no sabemos servir a nuestros clientes, le tenemos miedo a la competencia y para colmo de males no dejamos que nuestro liderazgo fluya desde adentro de nuestro ser.
En conclusión las empresas que se basan en principios disfrutan de un mayor grado de seguridad, guía, sabiduría y poder.
“Si la seguridad de una organización proviene, por ejemplo, de su imagen, de la fluidez de su efectivo, de compararla con sus competidoras o de la opinión de sus clientes, sus lideres tienden a sobrereaccionar o bien a subrreaccionar ante las novedades y sucesos cotidianos. Tienden, más aún, a ver los negocios /y la vida) como un juego de matemáticas, a sentirse amenazados por el éxito y el reconocimiento que logran los demás a complacerse con el fracaso de sus competidores. Si nuestra realidad se basa en las debilidades de los demás, en realidad estamos permitiendo que esas debilidades nos controlen a nosotros.
La real fortaleza proviene de comprender y aplicar los principios y la practica de ellos en todos los niveles de la organización. La práctica es el qué hacer, las aplicaciones concretas que se acomodan a situaciones concretas. Los principios son el por qué hacerlo, los elementos sobre los cuales se construyen esas aplicaciones o prácticas.
Cuando capacitamos a las personas, a menudo les enseñamos técnicas y practicas, el como hacer específicamente determinada tarea. Pero cuando enseñamos practicas sin principios, tendemos a hacer que esas personas dependan de nosotros o de otros para obtener una ulterior instrucción y orientación”
Basado en lo anterior te invito a reflexionar y a evaluar el enfoque que estas dando actualmente a tu negocio y encontrar los puntos de coincidencia con tus prácticas empresariales e implementar los principios que te he enunciado para que puedas lograr un nuevo enfoque y el éxito de tu negocio.
Cuéntame si esta información te puede ser útil y qué dificultades has tenido en tu negocio o empresa que me puedas compartir para apoyarte. Muchas gracias por visitar este sitio, déjanos tu comentario, lo leeremos
Ricardo Torres Gómez