No menosprecies los Pequeños Comienzos

Una de las debilidades del emprendedor, es pensar que es imposible obtener los recursos económicos para iniciar una empresa, sobre todo antes de elaborar el plan de negocios y precisamente por ese motivo se lanzan sin este vital documento estratégico.

Sin ninguna duda el valor de la inversión inicial total del negocio es muy importante, pero lo primero que se debe hacer es evaluar y analizar el valor de la inversión inicial total, para determinar cuál es el alcance económico y la posibilidad de conseguir los recursos para iniciar.

El valor de la inversión inicial total comprende la inversión en los activos tangibles e intangibles requeridos para desarrollar la misión o razón social del negocio o empresa.

No es suficiente contar con el dinero para la inversión en activos para desarrollar la actividad, adicionalmente se requiere de capital de trabajo para atender la compra de inventarios, mano de obra, y otros gastos como arrendamiento, servicios públicos, intereses de financiación entre otros gastos.

En mi experiencia en proyectos de empresa he podido observar que el emprendedor peca por exceso o por defecto en el momento de elaborar el plan de inversión.

En exceso porque incluye activos como vehículos o locales comerciales que no son indispensables para iniciar el negocio o por defecto porque no evalúan los inventarios, ni la mano de obra requerida, ni los costos y gastos requeridos para el funcionamiento del negocio.

Ambos casos presentan un efecto negativo para la iniciación dado que matan el proyecto antes de comenzar. Esto hace que se llenen de negativismo y falta de objetividad y se les cierra la mente dado que piensan que lo ideal es iniciar un negocio en grande.

Perdiendo así la oportunidad de desarrollar el plan de negocio, no importa a cuanto ascienda el valor de la inversión inicial sin pensar que el negocio se puede comenzar con pocos recursos económicos e ir escalándolo apoyado en  plan de negocios originalmente desarrollado.

El asunto, es que resultan menospreciando la oportunidad de comenzar con un pequeño negocio sin ver las oportunidades a futuro, si realmente cuentan con un buen producto o servicio que satisfaga las necesidades de los clientes.

Aquí aplica lo que dice la palabra en Zacarías 4:10

Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegraran, y verán  la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra.

Así que, no menosprecies los pequeños comienzos, porque aquello que hoy es una grande empresa que sustenta a miles y millones de familias comenzó pequeña.

Es posible que la frustración toque tu puerta y pienses que tus esfuerzos no valen la pena, en cada paso que das, estás mas cerca de que tu sueño tan anhelado se de a realidad.

Muchos no logran lo que se han propuesto por el concepto erróneo  de querer tenerlo todo para comenzar y siendo así jamás lo será.

Las grandes empresas comenzaron con una sola persona quizás, llevando el producto a pie o en bicicleta, sin mucha variedad por cierto, pero con mucha perseverancia. Fueron escalando, innovando, ganando experiencia, dándose a conocer porque por eso hoy son una gran empresa, bien consolidada, con sedes quizá en todo el mundo, exportando a otros países.

En conclusión:

  • No menosprecies los pequeños comienzos
  • Muchas empresas que comenzaron pequeñas hoy son grandes empresas
  • No permitas que la frustración toque tu puerta del emprendimiento.
  • Piensa que tus esfuerzos valen la pena
  • No pienses en tenerlo todo para comenzar.
  • Inicia tu negocio con un buen plan de inversión, no importa que éste no sea tan grande como lo has soñado.
  • Las cosas grandes a menudo tienen pequeños comienzos.

Así son los comienzos, porque no es cómo comienzas sino como terminas. No es de dónde vienes sino a dónde vas y aunque tu principio sea pequeño, tu final será grande. No menosprecies los pequeños comienzos porque aquello que no era nada, de la mano de Dios, poco a poco se convierte en mucho y es tiempo de dar ese paso de fe e iniciar aquello que sabes que sabes que debes hacer y los resultados dejárselos a Dios.

Deseo que este post sea de tu utilidad y lo puedas poner en práctica para que puedas alcanzar el éxito con tu negocio.

 

Ricardo Torres G.
Comprometido con tu éxito