“En tiempos pasados y hasta finales del siglo XX, las actividades comerciales se desarrollaban en foros locales, bien estrechos y muy definidos. El peluquero tenía por clientes a los habitantes del barrio, dentro de un sector bien demarcado que incluía a todos los miembros de una misma familia.
Así mismo sucedía con el médico general que atendía a toda la familia, el carpintero, el sastre, el dentista o el mecánico. Las relaciones comerciales y sociales eran bastante estáticas, conservadoras y rutinarias.
No existía la competencia, por lo tanto los precios eran fijados por el proveedor de productos y servicios sin la mínima resistencia de los clientes. La poca o inexistente competencia facilitaba el incremento de las utilidades de los proveedores vía incremento de precios, más que por el volumen de su oferta de productos y servicios.
Tampoco existía la propaganda, publicidad, descuentos y promociones como las conocemos hoy.
Ahora todo ha cambiado, la era de la información y tecnología nos esta inundando con anuncios publicitarios, las noticias y sucesos internacionales parecen locales, la moda, los productos, bienes y servicios son promocionados a través de lanzamientos rimbombantes no solo a nivel local sino internacional, lo cual genera un alto grado de competitividad.
Con toda esta revolución de la competencia las empresas se ven ante el reto de satisfacer las necesidades cambiantes y los gustos cada vez más sofisticados y refinados del público. Por lo tanto tú como empresario no deberías entrar con tu negocio en el reino de la competencia sin alguna ventaja competitiva, algo que tu compañía haga o presente mejor que los otros.
Esa ventaja competitiva que exige el mercado para mantener la supervivencia de tu empresa, es lo que se denomina prácticamente creatividad. Es el reto que te debes proponer hoy, pues los retos de ayer y de hoy no serán los de mañana.
Ahora, esta economía globalizada y el impacto de los infinitos cambios tecnológicos en los modos de pensar, en los gustos, en las relaciones humanas, en los hábitos alimenticios, en las modas de la gente; se convierten en una oportunidad pero también en una amenaza para tu empresa, si no hay una respuesta oportuna de competitividad relacionada con calidad y precios de tus productos y servicios.
Ante toda esta realidad que te he mencionado y ahora con la moda de los TLC, tratados de libre comercio entre los países, sin duda uno más fuerte que el otro donde la regla de la negociación gana/ gana, no es tan visible inicialmente en el más débil.
Por todo esto ya te habrás preguntado: ¿Cuáles son las capacidades de tu empresa para aprovechar las oportunidades?
Si no lo sabes la clave esta en redescubrir las capacidades y aprovechar las potencialidades de tu empresa; de lo contrario, sucumbirás ante la competencia abrumadora y frenética y perderás es decir que tu empresa desaparecerá.
Para evitar la hecatombe deberás poner a prueba tu gestión empresarial para generar más que la productividad de la empresa, generar la creatividad. Es decir, crear desarrollos, crear empresas, crear motivaciones, crear manufacturas, crear servicios, crear culturas, crear dinero.
Para que este no sea un artículo de simple lectura, sino de reflexión y acción, te invito a realizar el siguiente ejercicio y para que lo pongas en práctica en tu empresa:
- Traza un paralelo entre algún individuo muy creativo, que por eso mismo te haya impactado, y una empresa muy creativa.
- Precisa la diferencia entre aprender de afuera, es decir captando mensajes que nos llegan del exterior, y aprender “de adentro”, esto es, valorando y analizando las propias experiencias. Localiza en tu vida algunos casos de este segundo tipo de aprendizaje.
- Señala diez o más modos de sensibilizarte a las consecuencias humanas (psicológicas) de los cambios tecnológicos más recientes en tu medio.
Espero que este artículo te haya sido útil y te sirva de reflexión o de evaluación de la supervivencia de tu empresa en estos tiempos tan competidos.
Articulo adaptado del libro Creatividad En la Empresa – Mauricio Rodríguez Estrada Colección Empresario Práctico
Ricardo Torres G.