NoTe Rindas… Aún lo puedes lograr

Vemos como las personas abren negocios con  mucho entusiasmo y optimismo con la ilusión de alcanzar su sueño, ser un emprendedor exitoso para tener  una vida solvente y tranquila. La mayoría de las veces el sueño de lograr el éxito no se cumple tan fácilmente, en los negocios las cosas no son tan fáciles como parece, al principio es más lo que se sufre que lo que se goza.

Aquí viene la parte crucial para la supervivencia o cierre del negocio, lo cual depende no sólo de la solvencia económica que tenga el emprendedor para mantener un negocio hasta que despegue, sino además de la pasión, el carácter y la convicción que le ponga para que el negocio pueda salir adelante, obviamente evaluando de manera realista las posibilidades . Podría ser que estemos en el lugar equivocado.

Ese es el riesgo que se corre al iniciar un negocio, la probabilidad de éxito o de fracaso. Pero si ves probabilidades de éxito, no te rindas… aún lo puedes lograr. Salvar tu negocio, reestructurándolo, reubicándolo o aplicándole una inyección de capital. Es probable que si entras en desespero pierdas la razón y no encuentres posibilidades, como quien dice dejarte morir- cerrar el negocio- lo que es equivalente a fracaso.

Todo esto que te he hablado parece un verdadera tortura, entonces para que meterse en negocios para sufrir, la clave no quedarse llorando sobre la leche derramada, hay que actuar buscando una motivación para salir de  la crisis, lo cual es posible.

Si no veamos la historia del hombre que fue lanzado en un foso de 13 metros de profundidad y logra sobrevivir motivado por un estimulo externo. Es una historia que aplica a la vida, pero la moraleja de esta historia bien puede aplicar a la vida de los negocios:

“Un hombre fue atrapado y lanzado en un foso de unos 13 metros de profundidad, tan sólo por ser un extraño. Luchó por salir del foso pero entre más lo intentaba, más débiles se tornaban sus músculos. Se dijo así mismo: “No sé cómo salir de esta; quizá debiera sólo morir en vez de soportar estas miserables luchas y penalidades”.

Justo entonces, oyó una voz gritando: “¡Ayúdenme!” Los gritos venían de otro foso que tenía 3 metros más de profundidad que el suyo. Pensó para sí mismo: “Así que hay alguien más como yo atrapado aquí también”.

Al escuchar con cuidado, oyó algún resquebrajamiento y arena cayendo del muro del foso de la otra víctima. Inmediatamente se hizo de valor y con las últimas fuerzas que le quedaban, comenzó a arrastrarse poco a poco hasta salir del foso.

Moraleja de la historia:

Ese dolor que pensamos estar pasando… hay gente en peor condición que la nuestra. Siempre digámonos algo dulce a nosotros mismos y sonriámosle a nuestros sufrimientos. Déjeles ser; están allí por un tiempo y también para desafiarnos. Hoy pudiera ser la hora más oscura pero nuestro gozo vendrá en la mañana.

Intentemos animarnos… mirémonos en el espejo, golpeémonos el pecho y digámonos: “Puedo lograrlo y pasar la prueba del tiempo”.

Siempre intentemos enfrentar nuestro peor temor porque nada viene fácil. Necesitamos sentirnos incómodos para llegar a nuestra zona de comodidad. ¡Pensemos en grande!

Ekerette Festus, copyright 2012

Fuente: www.motivateus.com

Si bien no siempre tendremos en nosotros mismos toda la capacidad para alcanzar lo que nos proponemos, lo cierto es que si no lo intentamos, de seguro que no lo haremos.

La vida es mucho más que el alcance de nuestras metas; en realidad trata de nuestra travesía intentando alcanzarlas. Si bien no siempre alcanzaremos todas las que nos propongamos, disfrutaremos y aprenderemos—y a final de cuentas, viviremos—intentándolo.

Quien no se atreve y arriesga, no sólo jamás logrará nada, sino que simplemente no vivirá… sino que meramente vegetará.

Así que, pensemos en grande, permitiendo al Señor ayudarnos a alinearnos con Sus planes para nuestras vidas y adelante.”

Tomado de El Pensamiento Del Capellán por Raúl Irigoyen.

Ricardo Torres G.
Comprometido con tu éxito