Iniciaste un negocio y hasta ahora todo es normal, hay un buen nivel de ventas y de utilidades, o por el contrario al principio la productividad de tu negocio era tan alta que las ventas y las utilidades obtenidas superaron tus expectativas. El negocio ha crecido tanto que ya no tienes tiempo de descansar y no sólo sientes que la productividad ha bajado, sino que ves que las ventas están bajando y se han retirado algunos clientes.
Probablemente tengas que repensar tu negocio, cambiar las estrategias de la administración, contratar personal, o aplicar estrategias de marketing. Lo que sea, pero lo primero que debes hacer es dejar de ser un empleado independiente, y convertirte en un dueño de negocio que pueda mantener y dirigir el negocio. Es decir dueño de negocio, no un esclavo del negocio.
Otra forma , aplicar hábitos de efectividad para mantener el éxito inicial de tu negocio. Uno de esos hábitos es el conocido “Afilar la Sierra” es un hábito de mejora continua que permite un buen balance y renovación.
El cual deseo presentarte a manera de reflexión y que encontré en renuevo.com para que lo pongas en práctica.
«Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que el hachero se decidió a hacer buen papel.
El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona. El hombre entusiasmado salió al bosque a talar. En un solo día cortó 18 árboles.
-Te felicito, dijo el capataz, sigue así.
Animado por las palabras del capataz, el hachero se decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente; así esa noche se acostó bien temprano.
A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo el empeño , no consiguió cortar más que 15 árboles.
-Me debo haber cansado -pensó y decidió acostarse con la puesta del sol. Al amanecer se levantó y decidió batir su marca de 18 árboles.
Sin embargo ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron 7, luego 5 y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear su segundo árbol.
Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer. El capataz le preguntó:
-¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez? – ¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles.
Cuántas veces estamos tan ocupados en lo que nos parece urgente, que le restamos tiempo a lo importante…. Te invito a pensar… ¿Cuál es el hacha de tu vida, que no estás afilando? ¿En qué estás ocupando tu tiempo, a qué le estás prestando atención? Tal vez estamos tan ocupados en querer llegar al destino, que nos olvidamos de mirar el paisaje…
Mateo 6:33 «Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.»
Para complementar esta reflexión; y como lo afirma el autor Stephen R. Covey, el hábito de afilar la sierra consiste en usar la capacidad que tenemos para renovarnos física, mental y espiritualmente. Es lo que nos permite establecer el balance entre todas las dimensiones de nuestro ser, a fin de ser efectivos en los diferentes papeles (roles) que desempeñamos en nuestras vidas.
Este es un hábito de efectividad y es la piedra angular para formar organizaciones altamente efectivas.
Ricardo Torres G.
Comprometido con tu éxito