Decir que querer es poder, no es suficiente para iniciar un negocio que pueda llegar a convertirse en una empresa y por ende de emprendedor a empresario. Hay muchas cargas emocionales que debe soportar el emprendedor para lograr el éxito, para ello debe prepararse mentalmente para enfrentar los nuevos retos.
No basta tener buenas ideas, sino que se requiere de una preparación en áreas clave como administración, mercadotecnia y ventas; pero fundamentalmente, una firmeza moral y emocional. Y para dar el primer paso en esta carrera de resistencia, hay que considerar igual de importante una preparación personal –sentimental, intelectual y familiar– para enfrentar los retos que trae consigo ir más allá de tener un negocio.
No es un secreto que hoy el mercado está muy competido no sólo para los negocios sino para la oferta laboral, por esto último muchos empleados se ven impulsados a iniciativas emprendedoras debido a la baja oferta salarial originada por la competencia de las nuevas promociones de jóvenes técnicos y profesionales. Es así como las personas comienzan a vivir el proceso de empleado a emprendedor y, posteriormente, de emprendedor a empresario.
Los más osados, no por ese impulso que genera la competencia sino por su espíritu emprendedor, renuncian a un gran empleo para iniciar un negocio que en mucho puede resultar nada comparable con la empresa que están abandonando.
Otra causa adicional para emprender es ser desempleado, lo cual no significa estar desocupado. Estar ocupado es uno de los principales retos que enfrenta el emprendedor.
Cualquiera sea la situación del emprendedor no debería dejarse llevar por las emociones. Es así como Rigoberto Acosta un importante director y Coach Latino, a través de su experiencia nos entrega tres de los principales errores al dejarse llevar por las emociones:
Mala actitud. El emprendedor se siente pequeño, sus acciones son de corto alcance y carece de una certidumbre acerca del futuro de su negocio.
No hay disciplina ni enfoque. Si el dueño es desordenado, los resultados serán pobres.
No hay inversión en entrenamiento para el empresario. El dueño debe prepararse si quiere hacer crecer su negocio.
Hay que tener en cuenta que en ese proceso para llegar a ser empresario, primero se es dueño de negocio, actividad que significa mucha entrega y sacrificio de horas de su vida personal y familiar, lo cual hace ver al emprendedor más que un dueño de negocio, un esclavo.
Es a partir de este momento que debe redefinir sus objetivos, profesionalizarse y comenzar a crear una estructura de negocio para convertirlo en una empresa, de no hacerlo probablemente abandone el negocio. Para evitar el cierre, expertos recomiendan hacer una pausa para responder las siguientes preguntas:
¿Qué quiero?
¿Qué debo hacer para lograrlo?
¿Qué estoy dispuesto a “pagar” para alcanzar mis objetivos de negocio?
¿Qué no estoy dispuesto a hacer?
Después de esta autoevaluación el emprendedor tiene que hacer que las cosas sucedan, buscar la guía de otros emprendedores o mentores y aplicar sus buenas prácticas. Como también aceptar que se puede equivocar y que los demás pueden aportar valor a su negocio.
Pero si además lo que quieres es recuperar tu vida personal (liberarte de la esclavitud del negocio), debes aprender a delegar. Entendiendo delegar como ordenar en consciencia y con consciencia sabiendo qué quiero de regreso. Y para delegar hay que tener objetivos claros y marcar los puntos de control”
Además si quieres pasar de empleado a empresario, te debes preparar profesionalmente y apropiarte de las herramientas necesarias para enfrentarse a la dirección del negocio y a su crecimiento aplicando un sistema de trabajo que te ayude a tener control de la empresa lo cual consiste en:
ü Trazar un plan de negocios.
ü Definir objetivos claros, medibles y alcanzables.
ü Incluir la capacitación propia y del personal dentro del presupuesto.
ü Motivar continuamente al personal.
ü No olvidar que todos tenemos aciertos y cometemos errores.
Finalmente, una buena manera de evitar convertirte en esclavo es llevar a cabo las siguientes acciones como recomienda el coach Ricardo Shahin:
Detente. Luego pregúntate ¿de verdad este es el negocio que tenías en mente?
Traza un plan de negocios. Revísalo, mínimo, cada mes.
Proyecta tu negocio. No olvides tener objetivos de negocios claros, medibles y alcanzables.
Prepárate. Desde revistas especializadas hasta diplomados y coaching, todo se vale.
Siempre trabaja pensando en la satisfacción de tu cliente. Sobre todo, no olvides a tu cliente interno (es decir: tú).
Adaptado de “Como superar la carga emocional del emprendedor- Publicado en soyentrepreneur.com”
Te deseo muchos éxitos,
Ricardo Torres G.
Comprometido con tu éxito
• Otra persona tiene un negocio en marcha, sabe que necesita capital para aprovechar nuevas oportunidades de mercado, pero no tiene capital y tampoco tiene garantías para ofrecer como colateral en un banco para obtener financiamiento. Así que un conocido aporta el capital, y este emprendedor ofrece a cambio una parte de las acciones.
Recordemos que estos 3 modelos representan una actitud diferente por parte del emprendedor. En los primeros 2 vemos mayor comodidad al obtener un sueldo fijo, mientras que el tercero es el más arriesgado que genera una necesidad de trabajar duro para lograr que el negocio prospere. ¿Qué tipo de emprendedor eres? ¿qué modelo crees que funciona mejor?
Al momento de iniciar un negocio muchas cosas pasan por la cabeza de un emprendedor, y definitivamente es inevitable tener una reflexión acerca de si las cosas están saliendo como deberían hacerlo. Para esta finalidad, hay dos caminos por tomar: el preguntarse cosas que realmente no tienen mayor importancia, aunque parecieran que la tuvieran, y por otro lado reflexionar en preguntas que realmente son vitales: estas son las que vamos a trabajar en este artículo.
Personalidad Agradable: El emprendedor de negocios o proyectos requiere desarrollar relaciones con mucha gente, incluyendo clientes, proveedores, personal, banqueros, abogados, contadores, consultores, etc.
Recordemos que estos 3 modelos representan una actitud diferente por parte del emprendedor. En los primeros 2 vemos mayor comodidad al obtener un sueldo fijo, mientras que el tercero es el más arriesgado que genera una necesidad de trabajar duro para lograr que el negocio prospere. ¿Qué tipo de emprendedor eres? ¿qué modelo crees que funciona mejor?